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Los 5 principios esenciales para gestionar el tiempo

Blog escrito por la Escuela de Superhéroes – Corrección de estilo por Paola Vargas

Trabajar desde casa exige mucha más disciplina, compromiso y gestión del tiempo que trabajar en la oficina, en gran medida porque no estamos siendo supervisados físicamente de ningún modo. Por esto, gestionar adecuadamente el tiempo puede ser la diferencia que te haga ser más competitivo y eficiente, desde tu casa, desde tu oficina o desde el lugar donde elijas trabajar. Aprender a gestionar el tiempo nos va a permitir centrarnos en lo importante y éste es precisamente el objetivo de este blog, entender cómo podríamos encontrar qué es lo más importante de todos los pendientes que tenemos y sacarlos adelante. Para empezar, lo primero es comprender que darle buen uso al tiempo es sobre todo gestionarnos a nosotros mismos, manejar los imprevistos y saber trabajar de una manera más organizada y enfocados en lo importante. En este sentido no se trata de trabajar más tiempo, sino de trabajar mejor, es decir, darle más valor a lo que logras hacer durante las horas que trabajas y no a cuántas horas trabajas. La gestión del tiempo es una habilidad que fortalece el liderazgo, un líder no sólo debe ser muy bueno gestionando su tiempo; también es importante que enseñe a su equipo a desarrollar esta habilidad para que todas las personas del equipo estén sincronizadas. De nada sirve que el líder tenga una excelente gestión del tiempo, si su equipo es desorganizado y no sabe controlar sus horarios. De este modo, queda en evidencia que uno de los desafíos más importantes que tienen las empresas respecto a la productividad, está orientado a enseñar a su personal a gestionar muy bien su tiempo. Por eso, tanto trabajar desde casa como en la oficina no será problema si las personas son organizadas con su tiempo y están orientadas a enfocar su trabajo y energía en los resultados importantes. Ahora, ¿cómo saber si realmente necesito mejorar mi gestión del tiempo para aumentar mi productividad? Si respondes sí a las siguientes preguntas, termina de leer este blog, seguro te ayudará: ¿le das demasiadas vueltas en tu cabeza a un pensamiento o idea y se te dificulta pasar a la acción? ¿eres de los que dice muchas veces al día que el tiempo no le alcanza? Existen dos tipos de causas por las que puede que tu gestión el tiempo no esté dando los resultados que esperas y no estés alcanzando la productividad que quieres. No tener los objetivos claros ni establecidas las prioridades, no delegar, aceptar las interrupciones, atender a muchas personas en cualquier momento como clientes, proveedores o empleados, no disponer de cronograma, el desorden, la desmotivación, entre otras, son causas internas que te hacen manejar mal el tiempo; las llamaremos “causas que dependen de mí”. Si observas bien, aquí ya tienes algunas claves sobre lo que puedes hacer al respecto. Ahora bien, la asistencia a reuniones que no son planificadas, responder correos electrónicos urgentes, la burocracia, las visitas inesperadas, llamadas de teléfono, errores de terceros, la desorganización de otras personas, la mala calidad de la información recibida, entre otras, son causas externas que te roban el tiempo; a estas las llamaremos “causas que no dependen de mí”. Hacerle frente a estas causas es más sencillo de lo que parece, la mejor manera es saber decirles “no”. Una cosa es perder el tiempo, y otra permitir que nos lo roben. De este modo, veamos entonces cuáles son las reglas principales de la gestión del tiempo. Principio del criterio ABC: este principio indica que una pequeña parte del tiempo de trabajo produce la mayor parte de los resultados, y asigna o clasifica las tareas en 3 tipos diferentes: las tareas tipo A, son las de mayor interés o las más importantes y las que darán mejores resultados. Las tareas tipo B, son las urgentes, y las tareas tipo C no son importantes ni urgentes, y en ocasiones da lo mismo hacerlas o no. De este modo, al iniciar la semana o el día, escribe en tu lista de pendientes todas tus actividades, y asígnales el tipo de tarea a la cual corresponda. Ya sabes: comienza ejecutando las que son tipo A. Principio de Pareto: este principio está orientado a comprender que las cosas importantes suelen requerir poco tiempo, mientras que las que no lo son consumen demasiado tiempo. “El 20% del tiempo de trabajo de una persona contribuye al 80% de los resultados y viceversa”. Por esto, debemos dedicar el tiempo a lo principal, a lo importante; de ello dependen los resultados. ¿Te fijas en todo el tiempo que pierdes haciendo cosas que no impactan mucho en tus resultados importantes? Principio de los ritmos biológicos:  cada ser humano tiene múltiples ritmos biológicos que deben ser tenidos en cuenta para la programación de sus actividades y tareas. Este principio dice que cada persona tiene momentos que son más productivos que otros. Identificarlos es conveniente para saber en qué momento del día se cuenta con más energía, con el fin de optimizar la gestión del tiempo. Hay personas que tienen más energía en la mañana que en la noche, o, por el contrario, trabajar tarde en la noche es el momento donde más productivos son. Principio de Illich: el descanso hace parte de la agenda. Después de muchas horas de trabajo, llega el momento en el que, inevitablemente la productividad empieza a decaer por motivo del cansancio físico o psíquico. Las ideas no fluyen, los ojos se sienten pesados, la espalda duele un poco, entre otras. Este principio nos invita a considerar las pausas activas, el descanso o cambiar de ambiente como actividades esenciales para la gestión del tiempo. También funciona caminar, respirar o hacer ejercicio para recuperar la energía y la creatividad. Principio de Carlson: a lo que se refiere este principio es que “todo trabajo interrumpido es menos eficaz y consume más tiempo que si se realiza de manera continua”. En otras palabras, el tiempo que requiere una tarea crece en proporción al número de veces que ha sido interrumpido y reanudado. Por lo anterior, es preciso limitar todo tipo de interrupciones externas. Algo que puedes hacer aquí, es dedicarte a hacer una solo cosa con tiempos establecidos, por ejemplo, cada 90 minutos cambia de actividad, pero recuerda que entre actividad y actividad es importante descansar y recargar energía. Ante todo, valoran quienes son, se aman con sus aciertos y desaciertos y reconocen cuando hay que callar, disculparse o soltar una relación, un hábito, creencia, cualquier cosa que ya no corresponda. ¿Ha habido momentos de tu vida donde te has sentido contenta contigo misma, dinámica, actualizada, llena de proyectos, metas, sueños, relaciones, bonita, radiante y hay otros donde has experimentado la sensación de pesadez, desanimo, confusión, intranquilidad, aburrimiento y ausencia de liberta con lo que vives y te está sucediendo? Lo frecuente es encontrar mujeres que han sentido algo de esto y a veces un revuelto de todo, por eso una de las cosas más anheladas es entrar en un camino de congruencia, armonía, realización y crecimiento.

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