Por Juan Sebastian Rojas
Director de la Escuela de Superhéroes
Cada día se aparecen nuevas posibilidades de hacer mejor tu trabajo, de ser mejor en tu relación de pareja o en tu propia vida; sin embargo, nosotros mismos somos los primeros en sabotearlas. Así es, las saboteamos cuando creemos que no seremos capaces por miedo a equivocarnos. Este es un mal que hoy en día se sufre en las organizaciones; el miedo al error. Si equivocarte es la respuesta a la pregunta ¿a qué le temes en tu trabajo? entonces este blog es para ti, está escrito para ayudarte a que te desbloques, a que tomes conciencia acerca de los costos que esto trae para tu vida. Pero, ¿cómo lidiar con él? no es tan complicado, necesitas comprometerte un poco más contigo y tomar lo que te sirva de este blog y aplicarlo desde hoy mismo en tu vida.
No nos gusta estar vulnerables, exponernos a la vergüenza, al juicio de los demás, mucho menos de aquellos encargados de evaluar nuestro desempeño en el trabajo. Éste es uno de los factores principales que causa el miedo a equivocarse.
Este miedo a mi modo de ver, está muy arraigado en la autoconfianza y en lo que aprendimos cuando nos equivocamos años atrás. En este punto de tu vida, no es sano que permitas que estos dos factores te gobiernen, al contrario, es importante entender que equivocarse es una condición humana, por naturaleza somos seres imperfectos, que no es malo errar y hace parte de la vida.
Seguramente te sientes incomodo cuando fallas y más aún si tu entorno lo nota y lo hace visible, pero piensa algo ¿alguien nació aprendido?¿ será que los que te juzgan son seres perfectos? ¡No¡ Entonces lo primero que te sugiero es que te permitas equivocarte y aprender de él, saca conclusiones de ese error y aprende, siempre repite estos pasos cuando falles.
Yo pienso que el miedo al error es un monstruo y que con los años le hemos dado vida, lo hemos alimentado sin darnos cuenta cuando no nos atrevemos a explorar algo nuevo, cuando dejamos un proyecto o una idea de lado por miedo a fracasar; cuando no das tu punto de vista en una reunión, cuando dejas que otros sean quienes saquen pecho de algo que tú hiciste, cuando no ves que el error es uno de los mejores maestros que la vida te regaló y que está ahí para ensañarte; para ser un maestro. La única opción para vencerlo es tomar la decisión de desafiarlo, tal y como seguramente has hecho con otras cosas en tu vida.
¿Has notado que entre más experiencia y más años se tiene, el miedo a fracasar va disminuyendo?, los invito a que tengan una conversación con alguien mayor y pregúntele; ¿Cómo hiciste tú para lidiar con el miedo a errar? ¿Qué cambió en tu vida cuando lo lograste? ¿Cómo asimilabas tus errores? ¿Cómo te hiciste amigo de la vulnerabilidad? Y no esperes a tener 60 años para darte cuenta que se fue tu vida temiendo a errar.
Recuerda que en este blog solo estamos hablando sobre el miedo al error. No dejes que ese miedo a equivocarte, que es normal, se convierta en pánico y paralice tu capacidad de hacer, y hacer es lo bastante importante como para dejarlo en manos del miedo. De ahora en adelante, observa el miedo a equivocarte con otros ojos, asimílalo como un reto personal.
Lo segundo que te propongo es que empieces por tomar acción en algo que no te de tanto miedo a errar, y progresivamente vayas aumentando el nivel. Tú sabes más que nadie que para lograr el cargo que quieres, el salario que deseas o el proyecto por el cual has trabajado tanto uno de los pasos es fallar, así que, ¿para qué temer más de la cuenta?
A lo tercero que te invito, es que a medida que vayas venciendo esos miedos, haz conciencia de tus logros, motívate e irás recuperando la confianza en ti mismo. Observa la autoconfianza como una de las mejores herramientas con la que estas dotado, no la desperdicies por favor. ¡Créeme, te irás fortaleciendo!
Finalmente, ¡no le des más peso a lo que los demás te dicen que a lo que tú mismo piensas! No se trata de ser incrédulo o no escuchar, pero aprende a conocer a tu intuición y a confiar en lo que te dice. Siempre pásalo por un filtro, quédate con lo que sientas que te sirva, lo que construye realmente y lo demás déjalo pasar. No le temas a las críticas, de tu jefe por ejemplo, cuando intentas ser creativo; al contrario, si tú crees que falta creatividad en el equipo ¡juégatela! sé tú el abanderado de ser el creativo del equipo. No cierres las posibilidades que todos los días se abren para ti.
¿Tu liderazgo anula a tu equipo de tal manera que ellos sienten miedo a fallar? ¿Qué haces cuando alguien cercano a ti se equivoca?
Piénsalo
¡No le temas al error, témele a no intentarlo!